search
Sarah Tuttle-Singer
A Mermaid in Jerusalem

Necesitamos ser la luz

Someone reached out to me from the other side of the world with a Spanish translation of “We cannot claim ‘we didn’t know.’ So what are we doing to stop Islamic State.” 

He felt it was important enough for his Spanish speaking friends to read it and understand the message.  

I’m honored. And I’m humbled. Thank you,  Rodrigo Espinosa for taking the time to share this in another language. 

— STS

 

Miré el video.
Lo tenía que hacer.
Los miré echar gasolina sobre un hombre y prenderlo fuego.
También los ví matar a Daniel Pearl.
Esa fue la primera vez, solo que no sabía que iba a ser el primero. Pensé que sería una aberración – un error en el flujo de compasión, de decencia, de HUMANIDAD.
Me senté frente a mi escritorio con mi Apple G4, la internet llegando a gotas a través de la línea de teléfono. Tenía internet con Modem. Fue hace mucho tiempo.
Derramé la taza de té junto a mí.
Grité y grité y grité y grité y grité hasta que los vecinos derribaron la puerta.
¿Por qué habrías de mirar eso? Preguntaron.
Más tarde, le conté a mi mamá lo que había visto – cuando la luz se apagó en sus ojos, el mundo se volvió un poco más oscuro.
“¿Por qué habrías de mirar eso?” me preguntó.
Bien, he mirado más desde entonces – ha habido demasiados más entre entonces y el presente.
Y miraré más, más adelante, también, porque habrá más mientras el mundo se vuelve más oscuro.
“¿Por qué habrías de mirar eso?” preguntas.
Miro esos videos porque debo hacerlo.
Mientras busco el bien que hay en este mundo, y mientras me imagino lo mejor que puede ser, me recuerdo a mí misma que también hay maldad… maldad pura como la gasolina utilizada para encender ese fuego, maldad tan cegadora como la luz del sol que refleja esa espada de acero…..
Hay maldad en la cámara fija que filmó los últimos momentos de agonía de un ser humano. Hay maldad en la clara calidad del sonido, mezclado por hombres que observaron a otro hombre morir mientras movían las perillas para un mejor grave, un agudo más claro…. Veo la maldad. Escucho la maldad.
Y hablaré contra la maldad. Aun si tengo que gritar.
Abrazo a la gente que amo un poco más fuerte. Me levanto por mi familia, por mi país, por mi gente, por TODOS NOSOTROS de todas las culturas y religiones y caminos de la vida quienes están dispuestos a trabajar juntos para crear un mundo mejor
Y pienso sobre esto:
Los Alemanes afirmaron que “no sabían” lo que ocurrió en los guetos y los trenes, en los campos y en los hornos.
“¡No sabíamos!” gimieron cuando las fotos de mis tíos y tías abuelos, de mis primos se filtraron…. Los cadáveres caminantes, las pilas de huesos.
“¡No sabíamos!”
El Estado Islámico publica estos horripilantes videos y fotos para provocaros y causar terror.
Y aun peor: Para volvernos testigos de su psicopatía socialmente condenada…. aún si miramos los videos, o vemos las fotos, o no…. SABEMOS lo que está ocurriendo.
No importa si no encendí ese fosforo, o blandí esa espada. Soy testigo.
Sé lo que están hacienda y lo he sabido por años ya…
Y todo alrededor nuestro en cada lado, el mundo se oscurece, y el miedo crece… y el miedo, oh lo que el miedo puede hacer…. Es veneno, derramándose, volviendo todo aún más oscuro.
¿Y qué? Tomo un sorbo de mi capuchino – espuma extra, leche descremada. Continúo viviendo, continuo amando…. Continúo buscando luz. Grande, maravillosa. Tal vez no sea suficiente para ayudarme a atravesar el día. Pero al final del día, sé que hay oscuridad, fiera y hambrienta oscuridad… Y me niego a dejar que mis ojos se acostumbren a ella.
Pero buscar luz no es suficiente.
Necesitamos ser la luz.

About the Author
Sarah Tuttle-Singer is the author of Jerusalem Drawn and Quartered and the New Media Editor at Times of Israel. She was raised in Venice Beach, California on Yiddish lullabies and Civil Rights anthems, and she now lives in Jerusalem with her 3 kids where she climbs roofs, explores cisterns, opens secret doors, talks to strangers, and writes stories about people — especially taxi drivers. Sarah also speaks before audiences left, right, and center through the Jewish Speakers Bureau, asking them to wrestle with important questions while celebrating their willingness to do so. She loves whisky and tacos and chocolate chip cookies and old maps and foreign coins and discovering new ideas from different perspectives. Sarah is a work in progress.